Jochen Kientz sobre la situación actual en el fútbol alemán y su paso por el CD Logroñés de Lotina

Jochen Kientz con la camiseta del CD Logroñés.

Derechos de autor: PA Images / Alamy

Traducción: Leire Marquínez

No hay muchos futbolistas que hayan conseguido anular por completo a Zinédine Zidane en un partido de la Champions. Y también son escasos los que pueden contar que la mismísima leyenda de la selección francesa y del Real Madrid les dio un cabezazo. Para Jochen Kientz, actualmente Director Deportivo del mítico SV Waldhof Mannheim alemán, ambas afirmaciones son ciertas.

Durante su carrera profesional, Kientz tenía fama de trotamundos. En Alemania militó en las filas del St. Pauli, Hamburgo (allí tuvo lugar el encontronazo con Zidane, entonces jugador de la Juve), Eintracht Frankfurt y 1860 Múnich, entre otros. Sin embargo, poca gente se acuerda de su paso por España. En la temporada 1996/97 jugó en primera división, durante el último año en la élite del fútbol con un club que descendió a tercera división hace justo casi 20 años y desapareció por completo hace unos 10 años: el CD Logroñés.

Jochen Kientz lleva desde 2017 trabajando como Director Deportivo en el SV Waldhof de Mannheim, su ciudad natal. ¿Qué se siente al volver a casa después de tantos años?

Es una sensación muy bonita estar de vuelta en casa. Me fui a los 18 años, pasé años en diferentes sitios de toda Alemania y dos países del extranjero. Simplemente disfruto de la vida en mi pueblo natal de Ketsch, cerca de Mannheim: Todo el mundo se conoce, quedo con los viejos amigos de la infancia. Pero lo más importante para mí es que puedo pasar tiempo con mis padres. Mi padre falleció hace poco y, echando la vista atrás, es un regalo haber podido pasar los últimos tres años cerca de él.

Por supuesto, también contribuye que actualmente estamos viviendo una fase muy exitosa con el SV Waldhof.

¿Cómo está viviendo la situación actual debido al coronavirus en el SV Waldhof?

Desde que los partidos se suspendieron, no es posible hacer scouting en directo. Tiramos del videoscouting, pero evidentemente estamos muy limitados. No se hacen ofertas de contratos a jugadores, todo está parado. Nos estamos concentrando completamente en la preparación para el día X, cuando sepamos cómo van a seguir las cosas. Incluso es posible que juguemos en segunda división la próxima temporada. Eso debe tenerse en cuenta en la planificación.

Me imagino que todo esto se hace muy duro, especialmente para el Waldhof. Los aficionados llevaban muchos años esperando ver fútbol profesional y ahora se encuentran ante esta situación en el año del ascenso. ¿Cuál es su opinión personal sobre los partidos a puerta cerrada y cómo debería continuar la temporada?

Los problemas para nosotros como club son, claro está, principalmente financieros. No tenemos ingresos por la venta de entradas. Cuando los entrenamientos o los partidos comiencen de nuevo, aunque sea de forma limitada, surgirán más costes por las regulaciones de higiene y los tests del coronavirus. Además, nosotros en el estado de Baden-Württemberg tenemos el problema añadido de que, según las regulaciones estatales, no podemos entrenar en absoluto, ni siquiera en pequeños grupos. Todas las instalaciones deportivas están cerradas. Esto es una gran desventaja para nosotros en comparación con los clubes de la tercera división (3. Bundesliga) de otros estados y hasta cierto punto altera la competición.

Sin embargo, la salud pública tiene prioridad, sin ninguna duda. Se trata de contener riesgos. En mi opinión, lo más sensato sería dar por terminada la temporada actual. Algunos dirán: ¡Sólo lo dice porque el Waldhof va segundo! Definitivamente no. Si fuéramos cuartos diría lo mismo. Una minipreparación después de una pausa tan larga y luego un montón de partidos en un tiempo muy corto, eso no tiene sentido para mí. Luego están los problemas a nivel regional que acabo de comentar.

La semana pasada aparecieron noticias en la prensa que apuntaban a que hay gente que pide que la tercera alemana pasen a integrarla 40 clubes en vez de los 20 actuales y se divida en dos grupos. ¿Ha oído hablar de eso?

Por supuesto que he oído hablar de esos planes. No estoy de acuerdo en absoluto. Afectaría seriamente a todo el nivel de la tercera división. Tenemos una grandísima competición en su formato actual, casi comparable con segunda. Jugamos en Kaiserslautern ante 36.000 espectadores o en casa ante 24.000. Con 40 clubes, gran parte de este atractivo se perdería.

¿Le molesta que en cada entrevista se le pregunte por sus partidos de Champions con el Hamburgo y el encontronazo con Zidane? Otro punto destacado que aparece en todas las entrevistas es el éxito de los míticos "Weltpokalsiegerbesieger" del FC St. Pauli, el equipo que le ganó al Bayern cuando este acababa de hacerse con el Mundial de Clubes.

No, no me molesta lo más mínimo. Los tres partidos de Champions con el Hamburgo fueron la mejor experiencia de mi carrera, los mejores momentos. Y el partido contra la Juve, por supuesto, pero también los partidos contra el Depor y el Panathinaikos fueron experiencias inolvidables. Y el hecho de que ganáramos contra el Bayern con el St. Pauli es también uno de los aspectos más destacados. En aquella época un equipo humilde todavía le podía ganar al Bayern en liga, pero fue algo excepcional, claro.

Sobre su fichaje por el Mallorca se sabe que la culpable fue su madre, que residía en la isla en ese momento y lanzó la propuesta en un bar. Sin embargo, poco se sabe sobre su traslado al CD Logroñés. ¿Cómo fue?

Jugamos contra el Logroñés con el Mallorca en segunda y fue entonces cuando la gente de Logroño se fijó en mí. Durante toda esa temporada jugué a un nivel muy alto y tuve muy buenas actuaciones. Tuve ofertas de varios clubes, pero antes que nada era importante para mí jugar de forma regular. Antes de irme al Mallorca estuve en el Eintracht, que tuvo un equipo muy fuerte, pero desafortunadamente no tuve minutos de juego. Para el siguiente paso en mi carrera quería encontrar un club que me brindara buenas oportunidades para jugar. Pero la decisión final la tomé después de mis conversaciones con "Loti".

Se refiere a Miguel Ángel Lotina. En España ha llevado a varios clubes a las competiciones europeas y hasta se puede decir que tiene estatus de leyenda. ¿Cómo le recuerda? Solo fue su entrenador durante las 10 primeras jornadas de liga.

Lotina es un grandísimo entrenador, un hombre muy especial para mí. Para mí el trato entre personas es lo más importante y ese es sin duda el lado fuerte de Loti. Es un gran tío. Hablé con él la última vez hace dos o tres años.

¿Cómo fue la experiencia de mudarse de Mallorca a Logroño a nivel personal y deportivo?

Logroño fue un gran cambio: de la isla soleada al frío del norte. Pero lo pasé muy bien allí y tengo muy buenos recuerdos. Desafortunadamente, como tantas veces en mi carrera, tuve mala suerte con las lesiones y los problemas físicos. Además de una ruptura de ligamento interno, sufrí una intoxicación alimentaria, por lo cual perdí bastante el ritmo de competición. Recuerdo especialmente nuestro buen partido en casa del Madrid, donde sacamos un punto.

En aquella temporada 1996/97 pasaron cuatro entrenadores por Las Gaunas. A pesar de eso (o precisamente por eso) no se consiguió la permanencia. Al final de la temporada quedaron en el 22º y último puesto. ¿Cuál fue la razón?

Había un notable nivel de desacuerdo en todos los niveles del club. Después del ascenso a primera hubo un cambio brusco, mucha gente nueva se unió al equipo. Por ejemplo, había cuatro uruguayos en el equipo que formaban su propio grupito. Encima, a Lotina ya le echaron después de 10 partidos. Habíamos caído por 6-0 en San Mamés. El Athletic de Bilbao estaba muy fuerte en aquel momento, especialmente en casa. ¡Pero ni siquiera estuvimos en puestos de descenso!

El club empezó a experimentar dificultades financieras poco después de su vuelta a  Alemania tras el descenso. En el 2000 le descendieron a tercera. ¿Ya se notaban esos problemas en la temporada 1996/97? Los pequeños clubes españoles tienen cierta fama de no siempre llevar a rajatabla el tema de los pagos puntuales de los salarios.

Los problemas financieros no eran perceptibles para mí como jugador. Tampoco nos pagaban barbaridades por aquel entonces, todo lo contrario. No cobraba mucho más que en segunda. Siempre nos pagaban de forma puntual, de lo contrario lo recordaría.

En España, la segunda B como tercer nivel del fútbol cuenta con 80 clubes, divididos en cuatro grupos. Por lo tanto, el nivel no es particularmente alto, especialmente entre los clubes a mitad de la clasificación y los que luchan contra el descenso. ¿Sería bueno para el fútbol español una segunda B profesional de grupo único como en Alemania?

No estoy demasiado metido en ese tema. En ocasiones hago scouting en segunda B y el nivel es más que decente en mi opinión. Hace algún tiempo vi al Real Madrid Castilla, donde es entrenador Raúl. Hay algunos jugadores interesantes, muy jóvenes, con una excelente formación. Tendrían el potencial de adaptarse a la 3. Bundesliga a pesar de su juventud.

En lo que se refiere a la liga de grupo único, creo que es difícil en España, tanto logísticamente como desde un punto de vista financiero. El país es simplemente muy grande y no se puede llegar a todas partes en autobús. Si tenemos que ir de Mannheim a Rostock, es un viaje largo, pero se puede llegar en autobús. En España es un poco diferente. Gijón y Vigo, para dar un ejemplo, parece que están al lado en el mapa, pero en autobús se tarda más que en la mayoría de viajes que nos tocan en Alemania. 

Trabajó en Ibiza después de su carrera profesional. ¿Cuáles eran sus tareas allí?

En Ibiza trabajé como coordinador juvenil de la Penya Esportiva Sant Jordi. Disfruté mucho trabajando con los niños y adolescentes y aprendí mucho para mi carrera.

¿Se imagina volver a trabajar en España en el futuro?

Como dije, me siento en casa en Mannheim y estoy muy a gusto. Además, acabo de ampliar mi contrato. Estamos teniendo éxito y jugamos en una gran liga. Todo encaja. Pero en el fútbol pasan muchas cosas. Si Mateu Alemany, que me trajo a Mallorca en su momento, me llama y me quiere en España para un proyecto suyo, ¡tendría que pensármelo!