"Un día agridulce"


Cristóbal Machín Fernández de la Puente, «Balín», jugó aquella mítica final de la Copa del Rey del 1980 que enfrentó al Real Madrid y el Castilla. Hablé con él sobre ese día agridulce, las lesiones que lo cambian todo, los partidos a puerta cerrada y la vida después del fútbol.

Primera pregunta en estos tiempos difíciles: ¿Cómo se encuentra, de salud y anímicamente? ¿Cómo le está afectando la actual crisis?
La verdad es que estoy muy bien y mi familia y amigos también que es lo más importante. La crisis nos afecta a todos y necesitamos salir para trabajar en condiciones normales, hacer deporte y estar con nuestros amigos y familiares. Espero que pronto podamos hacerlo.

Según su perfil de LinkedIn está involucrado en diversas empresas, ninguna de las cuales está relacionada con el deporte o el fútbol. ¿Es correcto? ¿A qué se dedica exactamente?
No es totalmente correcto. Actualmente soy responsable del Departamento de Animación y Nuevas Actividades en el Complejo Deportivo del RACE que es uno de los clubs más importantes de España. Este trabajo ocupa la mayor parte de mi tiempo y me gusta muchísimo porque se basa fundamentalmente en el deporte y éste siempre ha sido una parte fundamental de mi vida junto con las relaciones sociales.


Empezó su carrera futbolística en el Numancia junto a su hermano Paco. ¿Por qué motivo decidieron dejar la capital rumbo a Soria? ¿Qué recuerdos tiene de aquella época?
Dejamos la capital porque nuestro entrenador del colegio, D. Félix Rodríguez, fichó por el Numancia y nos dijo que teníamos fuerza y calidad para jugar con el colegio y al día siguiente en categoría regional con el Numancia y así lo hicimos. Los recuerdos son fantásticos porque en Soria nos acogieron fenomenal y tuvimos dos temporadas excelentes, la primera de ellas con el ascenso de categoría como premio y la segunda terminamos fichando por el Castilla y ahí empezamos nuestra andadura profesional. 

La temporada 79/80 fue su primera en el Real Madrid Castilla, ¿cómo la recuerda? Según las estadísticas jugó casi todos los partidos. ¿Fue grande el salto de tercera división a segunda?
Si, el salto se nota bastante, pero no tanto en lo físico como en lo táctico. Los jugadores son mejores y tienes que darlo todo para intentar destacar y ayudar al equipo. Sin embargo, para jugadores de mi estilo, la forma de jugar en segunda división era más fácil que en tercera división porque te dejan muchos más espacios y al ser rápido encuentras huecos. Para jugadores de área es más complicado porque los defensas te marcan más encima.

Estudió una carrera universitaria mientras formaba parte del Castilla jugando al fútbol de forma profesional. ¿Cómo compaginaba esas dos cosas?
Me costaba mucho trabajo. Mis compañeros de equipo se dedicaban únicamente al fútbol y estudiar se hacía muy difícil. Mi padre siempre decía que el fútbol se terminaba y que había una vida futura sin fútbol que debíamos preparar. Eso siempre me ayudó a seguir estudiando, a pesar de lo complicado que era buscar tiempo para estudiar.

¿Cómo hay que imaginarse los entrenamientos en aquel entonces? ¿Los jugadores del Castilla se cruzaban con los jugadores del primer equipo, o incluso entrenaban juntos?
El primer equipo y el Castilla teníamos muy buena relación y algunas veces jugábamos partidos contra ellos, pero no era habitual entrenar juntos. Algunos jugadores de aquella época entrenábamos con el Real Madrid bastantes veces porque Boskov, entrenador del primer equipo, nos quería ver de cerca por si en un futuro podía contar con nosotros. Mi hermano Paco y yo, entrenamos bastantes veces con ellos e incluso Paco estuvo a punto de hacer la pretemporada con ellos, pero una lesión en la final de Copa, le impidió hacerlo.

¿Hay jugadores del primer equipo con los que tenía una relacion más estrecha durante sus años en el Castilla?
Yo siempre he tenido muy buena relación con todos los jugadores porque me gusta ser amable y amigo de todo el mundo. Fundamentalmente me llevaba muy bien con Emilio Butragueño, Míchel y Juanito, pero estaba todo el día enredando con Agustín, Santillana, Pirri, Sanchís, Pardeza, Del Bosque, Miguel Angel, García Remón, etc. Actualmente sigo en contacto sobre todo con Butragueño que es un buen amigo y una persona excepcional.

¿Cómo recuerda el día de la final, el 4 de junio de 1980?
Para mí fue una final agridulce. Yo había jugado casi todos los partidos de Copa como titular y, como todos nosotros, esperaba esa final como loco. Tuve la mala suerte que en el partido de Liga anterior a la disputa de la final, me pegaron una patada en la cara y me rompieron el tabique nasal. Eso hizo que no pudiese salir de titular en la final soñada. Nuestro entrenador, Juanjo García Santos, tuvo el detalle de llevarme al banquillo y sacarme a jugar los últimos 20 minutos. El partido fue una fiesta madridista pero el resultado no fue bueno para nosotros que no fuimos capaces de jugar como veníamos haciéndolo durante todo el año. Los nervios y las ganas de agradar, hicieron que jugásemos mal y eso no lo perdona un equipo como el Real Madrid.

A su hermano le cambiaron en el descanso y usted salió al campo en el minuto 73 con un 4-0 en contra y el partido decidido. A nivel de rendimiento personal ¿cómo recuerda el partido?
Sí, a mi hermano le cambiaron porque una entrada fuerte al final del primer tiempo hizo que se retirase lesionado y eso fue lo que le impidió jugar la segunda parte y posteriormente hacer la pretemporada con el Real Madrid. Yo salí desde el banquillo por lo que he contado anteriormente y me encontré muy bien porque las ganas superan cualquier adversidad, pero como dices, el partido estaba decidido y lo único que hice fue correr e intentar disfrutar lo máximo posible de una situación que sería irrepetible.

Hoy en día hay muchos jugadores que afirman que les hace falta un alto nivel de tensión o presión para rendir en el campo. ¿Había presión para el Castilla ante la final?
A mí particularmente me gusta salir presionado y que el equipo lo note. Durante toda la competición de Copa esa temporada salimos así y nos fue muy bien. Según mi criterio, yo creo que lo que nos pasó factura fue vernos en la final contra nuestros compañeros del primer equipo y todos salieron al campo a intentar darlo todo individualmente y no como un equipo. Aquel día no fuimos el equipo de la temporada, jugamos muy individualistas.

Según los datos oficiales solo había 65.000 espectadores en el Bernabéu. ¿A qué se debía la escasa asistencia? ¿Cree que se habría llenado con, por ejemplo, la Real Sociedad como rival del primer equipo?
Es verdad que las estadísticas dicen que asistieron 65.000 espectadores, pero desde el césped el estadio se veía lleno. Es muy posible que con otro rival hubiese habido un lleno hasta la bandera, pero no sólo si el rival hubiese sido el Real Madrid, también contra el Castilla. En eliminatorias anteriores en el Bernabéu, el Castilla fue capaz de llenar el estadio.


Según los periódicos el público animó sin parar al Castilla. Si eso es cierto, supongo que habrá sido el único partido de la historia del Real Madrid en el que el público iba en contra de su propio equipo. ¿Qué recuerdos tiene del ambiente en el estadio?
El ambiente fue maravilloso. Es verdad que en los primeros minutos el público animaba mucho más al Castilla pero según fueron pasando los minutos, aquello se convirtió en una fiesta y la afición acabó por decantarse por el primer equipo siempre respetándonos a nosotros.

La derrota fue muy clara con un contundente 6-1 en el marcador final. Agustín afirmó después del partido que los directivos del club habían entrado en la charla del entrenador antes del partido para decir que había que jugar con tranquilidad porque iba a ser una fiesta. ¿Qué recuerdos tiene de aquello?
Los directivos del Club, en especial nuestro presidente D. Luis de Carlos, nos dijo que debíamos salir a jugar y a ganar como lo hacíamos siempre e incluso tuvo el detalle de comentar las primas por ganar esa final de uno y otro equipo. Lógicamente, la prima para los jugadores del Madrid era mucho más elevada, pero la nuestra no era nada despreciable. No se tratabe de tener una fiesta, sino de disfrutar del partido jugando limpiamente e intentando ganar.

¿Los dos equipos fueron a cenar o a celebrar juntos después del partido?
No, después del partido el primer equipo se fueron a cenar por su cuenta y nosotros nos fuimos a nuestras casas porque no estábamos acostumbrados a salir después de los partidos.

Para llegar a la final eliminaron a varios equipos de primera división, entre ellos el Athletic, la Real Sociedad, que había eliminado al Barça, y el Sporting, y eso con rondas a doble partido. Comparado con hoy, ¿cree que existía más o menos diferencia de nivel futbolístico entre primera y segunda?
Pienso que en aquella época la diferencia entre un equipo de primera y de segunda división era mucho mayor. Era impensable que un equipo de segunda eliminase a un primera a doble partido y si eso sucedía, solos se producía en una eliminatoria y no se volvía a repetir. Nosotros fuimos capaces de eliminar a cuatro equipos de Primera a doble partido y algunos de ellos jugando la vuelta fuera de casa. Sinceramente y sin quitar ningún mérito a los equipos actuales, que un equipo de Segunda llegue a una final de Copa en nuestro país, jugando a doble partido, ya no se volverá a repetir nunca por el cambio de normativa, pero creo que si no se hubiera cambiado, tampoco habría sucedido.

Aparte de la gran final, ¿de cuál de las rondas anteriores tiene más recuerdos? ¿Por qué y cuáles son?
Personalmente, mi mejor partido de todos fue el que jugué en Bilbao contra el Athletic. Habíamos empatado a cero en el Bernabéu y nos esperaba el Rey de Copas en San Mamés. Todo el mundo nos daba por eliminados, el partido fue durísimo y el Athletic nos presionó todo el partido. Nuestro entrenador planteó un partido a la contra, y me puso de punta junto con Pineda. Cada vez que nos llegaba el balón creábamos una situación de peligro para el Athletic hasta que le marcamos dos goles seguidos. La verdad es que me salión un partido perfecto y al día siguiente el entrenador del Athletic, Senekovic, dijo que si yo hubiese sido vasco me habría intentado fichar (ríe). Ganamos 1-2 y cuando entramos al vestuario el público de San Mamés nos hizo salir para aplaudirnos. ¡Fue memorable!

Como el Madrid había ganado la liga y por lo tanto se había clasificado para la Copa de Europa, ustedes se clasificaron para la Recopa. ¿Qué recuerdos tiene del partido de ida de la primera ronda en casa que ganaron por 3-1 al West Ham United? Marcaron gol tanto usted como su hermano.
Si, ese fue otro de los partidos que no se olvidan nunca. El estadio estaba muy lleno y jugábamos por primera vez una competición europea y además contra el campeón de la Premier. Ellos se adelantaron en el marcador y eso hizo que nos subiera la adrenalina y nos fuéramos al ataque. En pocos minutos metimos tres goles y yo metí el segundo en un contraataque precioso. Mi hermano metió el que inició la remontada en una jugada mía por la banda.

El partido de vuelta en Londres se tuvo que disputar a puerta cerrada. Con esa experiencia en mente, ¿qué opina sobre los partidos a puerta cerrada que se avecinan en la actualidad debido al coronavirus? ¿Cree que hay que acabar la temporada o habría que darla por terminada?
Personalmente creo que la Liga debe jugarse completamente. Sería muy injusto tanto para el equipo campeón como para los equipos que jueguen competición europea o se jueguen el descenso. Actualmente habrá equipos que habrán jugado contra equipos más fuertes y otros contra equipos más débiles y eso no es justo. En cuanto a lo de jugar a puerta cerrada, no me parece mal. Lo más importante es la salud de todos, jugadores y espectadores.

Se retiró del fútbol profesional a los 28 años después de pasar dos temporadas en primera, en el Osasuna y el Salamanca. ¿Cuáles fueron sus motivos para la retirada tan temprana? ¿Tuvo que ver el haber bajado dos veces en dos años con el Salamanca?
No, el único motivo fueron las lesiones. Cuando jugaba en el Castilla, tuve una lesión de menisco, que ahora no es nada pero que antes era importante, de la que me recuperé bien y pude jugar durante años, pero que se me reprodujo cuando fiché por el Levante la última temporada de mi vida deportiva. Una entrada muy fuerte en un amistoso hizo que me resintiera y que diese la temporada por perdida. Estaba casado, mi mujer estaba esperando una hija y yo tenía estudios y posibilidad de trabajar, aunque tengo que confesar que aquella decisión fue la más dura de mi vida. Me hubiera encantado seguir jugando, pero tenía que ser consecuente con todo.

Desde aquella final del 1980 ningún equipo de segunda ha vuelto a llegar a la final. ¿Cree que como consecuencia de los recientes cambios (rondas a partido único hasta semifinales) esto va a cambiar? Este año el Mirandés se quedó a las puertas.
Sí, estoy seguro que se puede conseguir. Este formato ayuda y lo van a conseguir, aunque con el paso de los años, los equipos fuertes van a darse cuenta que no pueden sacar a jugadores suplentes en la Copa y eso lo pondrá más difícil. El Mirandés este año ha hecho una proeza y ¿por qué no la va a repetir él mismo u otro equipo llegando esta vez a la final?

¿Qué es de su hermano Paco? ¿Sigue en el mundo del fútbol o se dedica a otra profesión como usted?
Mi hermano Paco acabó la carrera de Informática y trabaja desde hace muchos años en una empresa relacionada con las infraestructuras. No está ligado a nada que tenga que ver con el deporte, pero lo practica en toda su extensión (golf, padel, tenis, etc.).


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